Hoy, de nuevo, voy a hacer un análisis crítico, en esta ocasión sobre el documental “Pulso al Fracaso”.
En él,
varios jóvenes nos dan su punto de vista y nos cuentan su experiencia en
primera persona, desde un centro de
segunda oportunidad. Este tipo de centros se preocupan y trabajan por los
adolescentes que han sufrido, o sufren, marginación y fracaso escolar.
Los
jóvenes que podemos encontrar en estas instituciones son chicos con problemas,
para los que la vida no está siendo fácil e intentar conseguir una segunda
oportunidad que saque a flote sus circunstancias con la posibilidad de cumplir
sus sueños. En muchos casos el factor
común a ellos es creer que no son capaces de lograr nada. Son chicos
desmotivados, que se centran en sus defectos y nos conscientes de ninguna de
sus virtudes.
Desde
el centro trabajan con ellos todo esto, para darle la vuelta a su vida, que se
sientan útiles y que salgan adelante como personas autónomas de su edad. Se
centran en el aprendizaje de habilidades y forman de una manera alternativa
restando importancia a los contenidos para darle más énfasis al apoyo y la
escucha activa.
Tras
este pequeño resumen y explicación, continúo respondiendo a las preguntas sugeridas
por Xoán, profesor de la asignatura “Procesos
y contextos educativos” e impulsor del visionado de este documental.
¿Qué has aprendido? ¿Cómo te has sentido?
¿Eres capaz de imaginarte trabajando en un centro así?
Gracias
a este reportaje he podido conocer de un modo más profundo la organización de
los centros de segunda oportunidad y escuchar de manera directa a chicos
sinceros, abiertos a la comunicación y con muchas ganas de ser personas
independientes.
Después de ver el video y reflexionar sobre
ello, he sido aún más consciente de la educación que he tenido a lo largo de
toda mi vida y de las personas y factores que han motivado a que yo haya podido
disfrutar de ello. Mis estudios anteriores, soy trabajadora social, me hacen
tener una sensibilidad especial hacia estos chicos y este tipo de
circunstancias. Creo en el valor de las personas como seres con capacidad y
necesidad de desarrollarse, aunque soy consciente de que las adversidades con
las que nos encontramos en nuestro entorno y familia nos dificultan mucho.
Para mí
trabajar en un centro así seria todo un reto, tanto profesional como personal,
porque considero que los adolescentes en esta situación ven en el profesor más
que un docente que les intenta enseñar conocimientos “de libros”, sino una
persona referente, un modelo para sus vidas truncandas.
Aceptaría
el reto de trabajar en un centro de segunda oportunidad ahora mismo porque
educar es, sin lugar a dudas, mucho más que transmitir conocimientos.
Paola Alemán
No hay comentarios:
Publicar un comentario